Salvatierra.—
Productores agrícolas y usuarios del Módulo de Riego Salvatierra, que agrupa a campesinos de los municipios de Salvatierra, Tarimoro, Santiago Maravatío y Yuriria, alzaron la voz para exigir transparencia, rendición de cuentas y explicaciones concretas al presidente del módulo, Rigoberto Paredes Villagómez, por la falta de información respecto al manejo del agua y los acuerdos relacionados con el proyecto del acueducto Presa Solís–León.
Durante una rueda de prensa encabezada por Javier Raya Martínez, acompañado por Ángel Flores Ruíz, Víctor López Cornejo, José Soto y Daniel Jiménez, los usuarios denunciaron que la directiva del módulo ha actuado de manera unilateral y sin consultar a los verdaderos concesionarios del recurso, ocultando información sobre un proyecto que podría tener consecuencias sociales, ecológicas y económicas devastadoras para la región.
Exigen transparencia y rendición de cuentas
Los productores afirmaron que el presidente del módulo firmó un convenio de modernización y tecnificación con el argumento de “ahorrar agua”, misma que sería destinada al corredor industrial del estado, sin haber convocado a una asamblea ni informado a los usuarios sobre las implicaciones del acuerdo.
“No responsabilizamos a Rigoberto Paredes de la construcción del acueducto, pero sí de haber guardado silencio sobre un tema de enorme trascendencia. Su deber era informar, convocar y consultar a los usuarios. En cambio, actuó con opacidad y falta de ética”, expresaron los representantes campesinos.
Los inconformes señalaron que no permitirán más negociaciones del agua en lo oscurito, y que cualquier decisión que comprometa el recurso hídrico deberá tomarse únicamente con la aprobación de los usuarios.
“El autoritarismo y los acuerdos por debajo de la mesa son cosa del pasado. Queremos transparencia y rendición de cuentas todos los días”, insistieron.
Preocupación por las consecuencias del proyecto
Los usuarios advirtieron que el traslado del agua podría generar un impacto social, ecológico y económico sin precedentes:
• Social, porque afectaría directamente el abasto de agua en las zonas rurales y urbanas, poniendo en riesgo el bienestar de miles de familias.
• Ecológico, porque alteraría el equilibrio natural del río Lerma, la flora, la fauna y las recargas de los mantos freáticos que alimentan los pozos de riego y de consumo humano.
• Económico, porque el campo es el motor productivo de la región, y sin agua, la agricultura podría colapsar, dejando desempleo y pobreza donde hoy hay producción y vida.
“Si permitimos que el agua se nos quite sin proyectos reales de inversión, apoyo y tecnificación, esta región fértil puede convertirse en un semidesierto”, advirtieron los productores.
Llamado a las autoridades estatales y federales
Los usuarios del módulo exigieron la presencia de autoridades estatales y federales para dar una explicación clara y directa sobre los acuerdos firmados, los volúmenes de agua comprometidos y los verdaderos beneficios del proyecto.
Asimismo, pidieron que se convoque a una asamblea general abierta donde se escuchen todas las voces de los usuarios, no solo de los delegados.
“Rigoberto Paredes ya no tiene autoridad moral ni liderazgo. Su falta de voluntad y su manejo opaco han generado desconfianza. Por eso exigimos que las instituciones responsables den la cara y respondan ante los productores”, puntualizaron.
El agua no se vende: se defiende
Finalmente, los productores reafirmaron que su lucha no es contra el progreso, sino contra la injusticia y la falta de transparencia.
“El campo de Salvatierra no se opone al desarrollo, pero sí al despojo. No vamos a permitir que el agua que da vida a nuestros cultivos y familias se utilice para beneficiar a unos cuantos”, señalaron.
“El agua es un derecho, no una mercancía. Si hoy callamos, mañana tal vez no tengamos ni voz ni río”, expresó Javier Raya Martínez, en representación de los usuarios.
Los productores dejaron claro que no permitirán el avance de ninguna obra que ponga en riesgo el futuro agrícola y ecológico de la región sin antes obtener respuestas claras y compromisos verificables.
“Defender el agua —dijeron— es defender la vida y el futuro del Bajío guanajuatense.”







