Salvatierra.-
Durante los dos gobiernos municipales pasados, Salvatierra vivió una de las etapas más críticas en materia de seguridad: masacres, fosas clandestinas, asesinatos de funcionarios y cifras alarmantes de homicidios colocaron al municipio entre los más violentos de Guanajuato. Ahora, con la llegada de una nueva administración y el despliegue de una estrategia integral de seguridad, los delitos de alto impacto han comenzado a disminuir, marcando un cambio en la tendencia que por años mantuvo en vilo a la población.
En 2020 se registraron 191 homicidios, y en 2022 la cifra fue de 186, lo que proporcionalmente ubicó a Salvatierra entre los municipios con más asesinatos por cada mil habitantes. Estos números reflejaron el colapso de las políticas de seguridad anteriores, incapaces de contener la violencia generada por la disputa entre cárteles.
Uno de los episodios más crudos ocurrió en diciembre de 2023, cuando un ataque armado durante una posada en la Ex Hacienda de San José del Carmen dejó 11 muertos y 24 heridos. Este hecho, junto con el hallazgo de una fosa con 81 cuerpos en 2020 y el asesinato de funcionarios, evidenció la gravedad de la crisis.
Hoy, el gobierno municipal ha reforzado la coordinación con autoridades estatales y federales, incrementado los patrullajes en zonas de riesgo y promovido acciones de prevención en comunidades vulnerables.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el municipio de Salvatierra experimentó una notable disminución en diversos delitos de alto impacto durante el primer trimestre de 2025, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Durante el primer trimestre de 2025, Salvatierra logró avances significativos en materia de seguridad, con una disminución importante en diversos delitos de alto impacto. El homicidio doloso presentó una baja del 17.5%, mientras que los homicidios cometidos con arma de fuego se redujeron en un 25%; así como el robo de vehículo con violencia registró la caída más pronunciada, con un 83.33% de incidencia.
Aunque los desafíos persisten, se observa una tendencia a la baja en delitos de alto impacto, lo que abre una ventana de esperanza para las familias salvaterrenses que por años vivieron bajo el miedo.
