Salvatierra.-
Andrés Jervacio López o más conocido como “El vali”, a sus 72 años ya ha formado un legado en Salvatierra, pues la venta de su producto: fresas frescas, lleva más de 50 años en la ciudad.
El señor Andrés o “El vali” es originario de Santiago Puriatzicuaro (Maravatio) Michoacán; de familia de origen campesina siempre se vio rodeado y aprendió los oficios del campo, los cuales siempre le han dado sustento.
Desde joven su corazón lo guió a salir de su comunidad para tener más clientela, amigos y nuevos rumbos así que, desde sus 20 años agarro su burro y salió de su comunidad saliendo de Michoacán y en un recorrido de varias rutas un día llegó a Salvatierra donde la cálidez de la gente hizo contraste con su carisma.
Desde entonces duró varios años con su burro realizando una ruta que era de Puriatzicuaro para Acamabaro donde hacía una parada y de ahí salía a las 12:00pm., según recuerda para llegar a Salvatierra; dicho viaje duraba 2 días para llegar a esta última ciudad pues, “El vali” notó que su venta era muy alta en esta ciudad.
De esos viajes a la actualidad; suman 52 años de venta en Salvatierra pero, no fue hasta el año de 1994 que decidió dejar su venta en Salvatierra todos los días y ya ubicando en un lugar fijo; la esquina de Ocampo con Manuel Doblado.
Su ya conocida frase: “La fresa, güera” hace el llamado a toda la ciudadanía que las fresas frescas ya llegaron, pues Don Andrés normalmente hace un recorrido por toda la calle de Ocampo anunciando su producto.
Con un total impresionante de 500 kilos, todos los días se encuentra en esta esquina en un horario variado de 10:00am, u 11:00pm., hasta las 2:00pm., o antes si se acaban sus fresas para regresar de nuevo a su comunidad.
Dependiendo de la temporada su oferta varía pues además de la fresa también ofrece durazno y cereza o bien conocida en su comunidad como “andrina”.
“El vali” y su familia que es conformada por su esposa, hijos y nietos, atesoran la venta de estas fresas como un legado pues es lo que por décadas les ha dado de comer sin embargo su cariño está dividió entre Santiago Puriatzicuaro y Salvatierra por lo cual todos los días hacen el viaje de regreso a su comunidad natal.