SALVATIERRA. –
La vida de Alejandra Rodríguez quien antes de que iniciara la pandemia se dedicaba a vender desayunos afuera de la escuela primaria Benito Juárez y del jardín de niños Cuauhtémoc ha cambiado rotundamente, en Salvatierra se tiene hasta el momento 69 casos en investigación, 608 casos confirmados, 461 recuperados, 606 se han contagiado por trasmisión comunitaria y 34 defunciones por coronavirus, sin embargo han pasado alrededor de 143 días luego de que se confirmara el primer caso positivo de covid-19 en el municipio y 177 días desde que dio inicio las suspensiones de clases y el confinamiento, desde entonces la vida de varios salvaterrenses ha cambiado.
Desde el pasado 16 de marzo que inicio el confinamiento hoy suman 177 días de la suspensión de clases, la vida de algunas personas ha cambiado o tuvieron que adaptarse para poder sobrevivir en esta cuarentena sin embargo no les ha sido fácil, Alejandra Ramírez esperaba que para regreso de las vacaciones de semana Santa volvieran los niños a las escuelas, sin embargo, la situación es crítica y se alargó sin una fecha determinada y tentativamente hasta el mes de agosto.
En Salvatierra comenzó a notarse la situación con el cierre de escuelas, luego obreros de empresas automotrices comenzaron a quedarse en casa y la desocupación de cientos de personas comenzó; algunas empresas cerraron definitivamente como Waldos y Parisina, despidiendo a más de 30 empleados en conjunto, y para el 21 de abril cuando la alcaldesa Alejandrina Lanuza anuncio el primer caso de Covid-19 en el municipio, dato confirmado por la secretaria de Salud del Estado comenzaron a intensificarse operativos y brigadas Covid. Se cerraron jardines, parques, deportivas, gimnasios, ligas deportivas y otros centros de convivencia; se prohibieron fiestas y reuniones.
El gobierno municipal decidió no cerrar ningún comercio, esencial o no esencial en las zonas comerciales de cabecera municipal, acordó con los ambulantes que trabajara un 50 por ciento un día y el otro 50 por ciento el día siguiente, para evitar aglomeraciones; a cambio de no cerrarles o impedirles salir a vender como se ha aplicado en otros municipios. Para los negocios y comercios fijos de actividades no esenciales el acuerdo fue que trabajaran únicamente en un horario de 9 de la mañana a 3 de la tarde, evitando también cerrar dichos establecimientos. Actualmente al cambiar el semáforo a naranja ya todos los comercios fijos y semifijos o ambulantes trabajan de manera normal sin embargo se les sigue exigiendo medidas de salud como son el uso de cubrebocas, gel antibacterial y sana distancia.
SITUACIÓN DIFÍCIL
La señora Alejandra Ramírez es madre soltera, tiene un hijo de 13 años quien es estudiante de secundaria, quien depende totalmente de ella, desde hace más de 8 años vende desayunos afuera del jardín de niños Emperador Cuauhtémoc siendo uno de los que más alumnos tienen en cabecera municipal, y de la Escuela primaria Benito Juárez, el cual está cerrado desde el 16 de marzo.
Comento que desde el segundo día que cerraron las escuelas comenzó a sacar el producto, sabía que mucho se le iba a quedar, y tuvo que tirar mucha mercancía, empezó a vender gelatina, Pay, flan, frutas, sándwich, postres y los desayunos en las calles, sin embargo hay días que las ventas son tan bajas que regresa con el canasto lleno a su casa, llena de angustia y con el compromiso de llevar el sustento a su hogar para su hijo, los compromisos de pagos y la renta.
“Estamos batallando mucho, andamos por todas partes, camino demasiado, la venta no se compara a lo que yo tenía antes, yo decía ya dios me puso aquí de comerciantes pues ya le hecho ganas, pero ahorita, aunque le quieras echar ganas no, de hecho, las cosas subieron demasiado y pues no te rinde lo que ganas, y a veces se nos queda todo y tuve que tirar mis cosas”.
La señora Alejandra comento que el municipio no le ha cobrado plaza este tiempo e intenta vender sus desayunos en presidencia municipal y en todos los negocios y establecimientos de la zona centro, sin embargo, ya pasaba del medio día cuando fue entrevistada para Guanajuato Sur y su canasta todavía lucia llena, prueba de malas o muy pocas ventas. Comento que otro de los retos que se ha enfrentado son las creencias de la ciudadanía, y el rechazo a la compra de comida ya que piensan que de esta manera se pueden contagiar del virus Covid-19.
Para finalizar la señora Alejandra dijo que se anotó al programa de despensas que otorga el municipio y ya fue beneficiada, sin embargo, la situación la ve muy difícil ya que el regreso a clases era para el pasado 10 de agosto, sin a ver una nueva fecha sin embargo, han pasado 177 días después de la suspensión presencial en las escuelas; “Todo yo lo veo muy crítico porque son fechas inexactas, no se sabe cuándo se va a quitar esto no sé”, finalizo.