
ACAMBARO
La maestra Ma. del Refugio Morales Martínez, quien cumple 30 años de servicio como trabajadora de la educación, nos comparte que: “La decisión de ser docente se remonta a mi infancia, cuando jugaba con mis hermanos más pequeños, la curiosidad por enseñar y aprender con mis alumnos, me siento feliz, realizada de trabajar en lo que a mí realmente me gusta hacer, que es ejercer la docencia”.
Sus inicios fueron en la escuela primaria urbana Ana Ma. Gallaga del municipio de Coroneo, por tres meses y posteriormente en la primaria rural José Ma. Morelos, en la comunidad de Piedra Larga, ahí fueron sus primeros interinatos. Al año siguiente obtuvo su plaza, regresando a la escuela Ana Ma. Gallaga. Después cambió de adscripción y permanece actualmente en la escuela primaria Melchor Ocampo de la comunidad de Irámuco municipio de Acámbaro.

Asimismo, la profesora Morales Martínez resaltó que la mejor parte de ser docente es “Poder ver el crecimiento y desarrollo intelectual y emocional de cada uno de mis alumnos; y que al pasar de los años ellos aun te recuerdan y te saludan con cariño, tanto los exalumnos como los padres de familia”.
Por otra parte, Ma. Refugio Morales Martínez, nos hizo saber que uno de los retos actuales para el maestro, son los cambios que se han presentado en los planes y programas, el uso de las nuevas tecnologías como herramientas de apoyo didáctico; los paradigmas y el cambio en los roles familiares; el actuar de los padres de familia hacia la labor del docente.
Por último, la maestra Ma. Refugio Morales Martínez, manifestó a las nuevas generaciones que ser docente es una profesión en la cual se deja el corazón en cada uno de nuestros alumnos, en el momento que dejemos de ver a los estudiantes como niños y los tratamos como un número, una estadística, estamos perdiendo el sentido del rumbo de lo que es la docencia. “La docencia es amor por lo que estás haciendo”.
